El tercer Jesús: El Cristo que no podemos ignorar / The Third Jesus

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Paperback
$15.00 US
On sale Jun 24, 2008 | 304 Pages | 978-0-307-38916-9

¿Quién es Jesucristo?

En El tercer Jesús, Deepak Chopra, el líder espiritual y autor de grandes éxitos literarios, nos da una respuesta que, además de edificante, desafía las creencias actuales y da una perspectiva nueva de lo que Jesús puede enseñarnos a todos.

No hay un solo Jesús, escribe Chopra, sino tres. En primer lugar, hay un Jesús histórico, el hombre de carne y hueso que vivió hace dos mil años y cuyas enseñanzas constituyen la base de la teología y del pensamiento cristianos. El segundo Jesús es el hijo de Dios, que ha llegado a encarnar una religión institucionalizada con devotos creyentes. Y detrás de esas dos imágenes se encuentra el tercer Jesús, el Cristo cósmico, el guía espiritual cuyas enseñanzas se dirigen a toda la humanidad. Es el Jesús que habla a los individuos que desean encontrar a Dios como experiencia personal y alcanzar la iluminación espiritual.

Al interpretar el Nuevo Testamento de una nueva manera, y al volver a lo esencial del mensaje de Jesús, El tercer Jesús puede realmente transformar nuestras vidas y a la humanidad.

ENGLISH DESCRIPTION

Who is Jesus Christ?

In The Third Jesus, bestselling author and spiritual leader Deepak Chopra provides an answer to this question that is both a challenge to current systems of belief and a fresh perspective on what Jesus can teach us all, regardless of our religious background. There is not one Jesus, Chopra writes, but three.

First, there is the historical Jesus, the man who lived more than two thousand years ago and whose teachings are the foundation of Christian theology and thought. Next there is Jesus the Son of God, who has come to embody an institutional religion with specific dogma, a priesthood, and devout believers. And finally, there is the third Jesus, the cosmic Christ, the spiritual guide whose teaching embraces all humanity, not just the church built in his name. He speaks to the individual who wants to find God as a personal experience, to attain what some might call grace, or God-consciousness, or enlightenment.

When we take Jesus literally, we are faced with the impossible. How can we truly “love thy neighbor as thyself”? But when we see the exhortations of Jesus as invitations to join him on a higher spiritual plane, his words suddenly make sense.

Ultimately, Chopra argues, Christianity needs to overcome its tendency to be exclusionary and refocus on being a religion of personal insight and spiritual growth. In this way Jesus can be seen for the universal teacher he truly is–someone whose teachings of compassion, tolerance, and understanding can embrace and be embraced by all of us.

Redimir al redentorjJesús se encuentra en apuros. Hoy en día, cuando la gente le adora —o incluso cuando pronuncia su nombre— no es probable que el objeto de tal devoción sea quien ellos creen. Con el tiempo se ha creado un Jesús mitológico. Ha servido para dividir pueblos y naciones. Ha conducido a guerras destructivas en nombre de fantasías religiosas. El legado del amor que encontramos en el Nuevo Testamento ha sido mancillado por expresiones de intolerancia y prejuicios que hubiesen horrorizado a Jesús. Lo más triste es que los que alzaron las armas en nombre del amor se han apoderado de sus enseñanzas.Hace poco, un católico no practicante me comentó: «En ocasiones siento cierta presión social para que regrese a mi fe, pero estoy muy afectado. ¿Puedo amar una religión que llama pecadores a los homosexuales pero que oculta a pedófilos entre su clero? Ayer, cuando iba al trabajo en el coche, escuché una canción que decía: “Jesús caminó sobre las aguas cuando en realidad debería haberlas surfeado”, y ¿sabes qué?, me reí. De joven jamás lo habría. Ahora solo siento una levísima punzada de culpa».Allí donde mires, una nube de confusión se cierne sobre el mensaje de Jesús. Para atravesarla hay que especificar a quién nos referimos cuando hablamos de Jesús. Hay un Jesús histórico, acerca del que sabemos muy poco. Hay otro Jesús del que se ha apoderado el cristianismo; fue creado por la Iglesia para satisfacer sus intereses. El tercer Jesús, sobre el que trata este libro, es tan desconocido que ni los más devotos cristianos sospechan de su existencia. Y sin embargo ese es el Cristo que no podemos —no debemos— ignorar.El primer Jesús fue un rabino que hace muchos siglos vagó por las costas del norte de Galilea obrando milagros. Este Jesús todavía parece tan cercano que casi se le podría tocar. Lo imaginamos vestido de manera sencilla pero envuelto por un halo de gloria. Fue amable, sereno, pacífico, cariñoso y sin embargo ocultaba profundos misterios.Sin embargo, ese Jesús ha desaparecido, barrido por la historia. Sigue presente como un fantasma, como una proyección de todas las cualidades ideales que deseamos tener pero de las que desgraciadamente carecemos. ¿Por qué no pudo haber existido una persona por entero cariñosa, compasiva y humilde? Si la llamamos Jesús y la situamos hace miles de años resulta posible. (Para los orientales su nombre podría ser Buda, pero el hombre es igual de mítico y encarna asimismo nuestras carencias.)El primer Jesús no es por entero coherente, tal como demuestra una lectura atenta de los Evangelios. Si realmente era por entero pacífico, ¿por qué proclamó: «No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada»? (Mateo 10, 34). Si realmente era por entero cariñoso, ¿por qué dijo: «Y al siervo inútil arrojado a las tinieblas de afuera; allí será el llorar y el crujir de dientes»? (Mateo 25, 30). (En ocasiones la traducción es aún más severa, y Jesús ordena arrojar al infierno al «esclavo despreciable».) Si Jesús era humilde, ¿por qué decía que gobernaba sobre la tierra por encima de cualquier rey? El Jesús histórico fue, cuanto menos, un hombre de desconcertantes contradicciones.Sin embargo, cuantas más contradicciones descubrimos, menos mítica se nos presenta su figura. El hombre de carne y hueso barrido por la historia debió de ser extraordinariamente humano. Para ser divino primero hay que ser rico en todas las cualidades humanas. Como dijo un famoso maestro espiritual indio: «El grado de iluminación se mide por lo cómodo que uno se sienta con sus contradicciones».Sin embargo, millones de personas adoran a otro Jesús, uno que jamás existió, que ni siquiera se siente deudor de la destilada esencia del primer Jesús.Es el Jesús que han construido los teólogos y los eruditos a lo largo de miles de años. Es el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, el origen de unos sacramentos y más oraciones desconocidos por Jesús cuando habitó la tierra. Es también el Príncipe de la Paz en cuyo nombre se han desencadenado sangrientas guerras. No se puede aceptar a este segundo Jesús sin haber aceptado antes la teología. La teología fluctúa con la marea de los asuntos de la humanidad. Pero, para comenzar, la metafísica resulta tan compleja que contradice la simplicidad de las palabras de Jesús. ¿Habría debatido con religiosos eruditos sobre el significado de la Eucaristía? ¿Habría apoyado una doctrina que proclama que los niños están condenados hasta que se los bautiza?El segundo Jesús nos adentra en el laberinto teológico sin una salida clara. Se convirtió en la base de una religión que ha dado lugar a unas veinte mil sectas, las cuales se dedican a discutir hasta la saciedad sobre cada hilo de las vestimentas de un fantasma. Pero ¿existe alguna autoridad, por elevada que sea, que pueda informarnos sobre lo que Jesús habría pensado? ¿Acaso no resulta contradictorio sostener que Jesús fue una creación única —la única encarnación de Dios— y al mismo tiempo declararse capaz de leerle la mente en relación a cuestiones actuales? En su nombre, el cristianismo se pronuncia sobre la homosexualidad, el control de la natalidad y el aborto.Estas dos versiones de Jesús —tanto la esquemática figura histórica como la abstracta creación teológica— tienen para mí un componente trágico, pues las culpo de haber robado algo precioso: el Jesús que enseñó a sus seguidores a alcanzar la conciencia de Dios. Me gustaría ofrecer la posibilidad de que Jesús fuese, tal como proclamó, un verdadero salvador. No el auténtico salvador, no el único hijo de Dios. Más bien, Jesús personificó el nivel más elevado de la iluminación. Dedicó su breve vida adulta a describirlo, enseñarlo y transmitirlo a futuras generaciones.Jesús intentó salvar al mundo mostrando a los demás el camino hacia la conciencia de Dios.Tal interpretación del Nuevo Testamento no invalida al primer y al segundo Jesús. Sino que sirve para aclarar su figura. En lugar de historia perdida y teología compleja, el tercer Jesús ofrece una relación directa, personal y presente. Nuestro cometido consiste en ahondar en las Escrituras y demostrar que en ellas se halla un mapa que lleva a la iluminación. Me parece algo innegable; de hecho, se trata del mensaje de vida de los Evangelios. No nos referimos aquí a la fe tal como la define convencionalmente la religión. La fe convencional es lo mismo que creer, incluso cuando uno cree en lo imposible (Jesús caminando sobre las aguas), pero existe otra fe que nos permite alcanzar lo desconocido y lograr la transformación.Jesús habló de la necesidad de creer en él como camino hacia la salvación, pero esas palabras fueron puestas en su boca por seguidores que escribieron décadas después. El Nuevo Testamento es una interpretación de Jesús por parte de gente que se sintió renacida pero también abandonada. Según el cristianismo ortodoxo no serán abandonados para siempre, pues Jesús regresará en la Segunda Venida para reclamar a sus fieles. Pero la Segunda Venida ha tenido veinte siglos para producirse, los devotos esperan que tenga lugar cualquier día de estos y todavía está por llegar. El concepto de la Segunda Venida ha ejercido un efecto bastante destructivo en las intenciones de Jesús, ya que pospone lo que debería ocurrir en la actualidad. La Tercera Venida, alcanzar la conciencia de Dios mediante el esfuerzo personal, ocurre en el presente. Utilizo ese término como metáfora de un cambio en el estado de conciencia.Cuando Jesús regreseImagina por un momento que eres uno de los judíos pobres, pescadores, campesinos o jornaleros, que ha oído hablar de un rabino errante que promete el Cielo, no a los ricos y poderosos, sino a tus iguales, a la gente más humilde de la sociedad. Un día —supongamos que era un día seco y caluroso, y en el desierto hacía un sol abrasador— subes la colina situada al norte del lago interior conocido como mar de Galilea.En la cima de la colina, Jesús, sentado junto a sus más fieles seguidores, espera a que se haya congregado suficiente gente para empezar a predicar. A la sombra de los retorcidos olivos que salpican el paisaje bañado por el sol, tú también esperas. Jesús —conocido en hebreo como Jesse, un nombre bastante común— pronuncia un sermón que te impresiona; de hecho, te llega al alma. Promete que Dios te ama; es una afirmación directa, no te pide que cumplas las obligaciones de tu secta ni que respetes las antiguas y complejas leyes de los profetas. Es más, dice que Dios te quiere más a ti. En el mundo que vendrá, ustedes y los suyos recibirán las mayores recompensas, todo lo que les ha sido negado en este mundo.El idealismo de esas palabras roza la locura. Si Dios les ama tanto ¿por qué les atormenta con crueles conquistadores romanos? ¿Por qué permitió que les esclavizaran y les obligaran a trabajar duramente hasta el día de vuestra muerte? Los sacerdotes de Jerusalén lo han explicado infinidad de veces: en tanto que hijo de Adán, tus pecados te han conducido a una existencia desdichada, cargada de miserias y esfuerzos sin fin. Pero Jesús no menciona el pecado. Expande el amor de Dios hasta lo increíble. ¿Seguro que lo has entendido bien?Tú eres la luz del mundo. Deja que tu luz brille ante todos los hombres.Te compara con una ciudad situada en lo alto de una colina y cuyas brillantes luces impiden que permanezca oculta. Jamás te habían dicho algo ni remotamente parecido; ni siquiera tú te habías visto de esa manera.
Deepak Chopra es autor de más de cincuenta libros de ficción y no ficción que se han convertido en textos clásicos sobre la salud y la espiritualidad además de enéxitos de ventas y han sido traducidos a más de treinta y cinco idiomas. Su programa Wellness Radio (RadioBienestar) se emite semanalmente en Sirius Satellite Radio, canal 102, centrado en temas de éxito, amor, sexualidad y relaciones, bienestar y espiritualidad. Es el fundador de la Alianza por una Nueva Humanidad. La revista Time le acredita como uno de los cien héroes e iconos del siglo xx, y le considera como el “poetaprofeta de la medicina alternativa”.www.deepakchopra.com

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¿Quién es Jesucristo?

En El tercer Jesús, Deepak Chopra, el líder espiritual y autor de grandes éxitos literarios, nos da una respuesta que, además de edificante, desafía las creencias actuales y da una perspectiva nueva de lo que Jesús puede enseñarnos a todos.

No hay un solo Jesús, escribe Chopra, sino tres. En primer lugar, hay un Jesús histórico, el hombre de carne y hueso que vivió hace dos mil años y cuyas enseñanzas constituyen la base de la teología y del pensamiento cristianos. El segundo Jesús es el hijo de Dios, que ha llegado a encarnar una religión institucionalizada con devotos creyentes. Y detrás de esas dos imágenes se encuentra el tercer Jesús, el Cristo cósmico, el guía espiritual cuyas enseñanzas se dirigen a toda la humanidad. Es el Jesús que habla a los individuos que desean encontrar a Dios como experiencia personal y alcanzar la iluminación espiritual.

Al interpretar el Nuevo Testamento de una nueva manera, y al volver a lo esencial del mensaje de Jesús, El tercer Jesús puede realmente transformar nuestras vidas y a la humanidad.

ENGLISH DESCRIPTION

Who is Jesus Christ?

In The Third Jesus, bestselling author and spiritual leader Deepak Chopra provides an answer to this question that is both a challenge to current systems of belief and a fresh perspective on what Jesus can teach us all, regardless of our religious background. There is not one Jesus, Chopra writes, but three.

First, there is the historical Jesus, the man who lived more than two thousand years ago and whose teachings are the foundation of Christian theology and thought. Next there is Jesus the Son of God, who has come to embody an institutional religion with specific dogma, a priesthood, and devout believers. And finally, there is the third Jesus, the cosmic Christ, the spiritual guide whose teaching embraces all humanity, not just the church built in his name. He speaks to the individual who wants to find God as a personal experience, to attain what some might call grace, or God-consciousness, or enlightenment.

When we take Jesus literally, we are faced with the impossible. How can we truly “love thy neighbor as thyself”? But when we see the exhortations of Jesus as invitations to join him on a higher spiritual plane, his words suddenly make sense.

Ultimately, Chopra argues, Christianity needs to overcome its tendency to be exclusionary and refocus on being a religion of personal insight and spiritual growth. In this way Jesus can be seen for the universal teacher he truly is–someone whose teachings of compassion, tolerance, and understanding can embrace and be embraced by all of us.

Excerpt

Redimir al redentorjJesús se encuentra en apuros. Hoy en día, cuando la gente le adora —o incluso cuando pronuncia su nombre— no es probable que el objeto de tal devoción sea quien ellos creen. Con el tiempo se ha creado un Jesús mitológico. Ha servido para dividir pueblos y naciones. Ha conducido a guerras destructivas en nombre de fantasías religiosas. El legado del amor que encontramos en el Nuevo Testamento ha sido mancillado por expresiones de intolerancia y prejuicios que hubiesen horrorizado a Jesús. Lo más triste es que los que alzaron las armas en nombre del amor se han apoderado de sus enseñanzas.Hace poco, un católico no practicante me comentó: «En ocasiones siento cierta presión social para que regrese a mi fe, pero estoy muy afectado. ¿Puedo amar una religión que llama pecadores a los homosexuales pero que oculta a pedófilos entre su clero? Ayer, cuando iba al trabajo en el coche, escuché una canción que decía: “Jesús caminó sobre las aguas cuando en realidad debería haberlas surfeado”, y ¿sabes qué?, me reí. De joven jamás lo habría. Ahora solo siento una levísima punzada de culpa».Allí donde mires, una nube de confusión se cierne sobre el mensaje de Jesús. Para atravesarla hay que especificar a quién nos referimos cuando hablamos de Jesús. Hay un Jesús histórico, acerca del que sabemos muy poco. Hay otro Jesús del que se ha apoderado el cristianismo; fue creado por la Iglesia para satisfacer sus intereses. El tercer Jesús, sobre el que trata este libro, es tan desconocido que ni los más devotos cristianos sospechan de su existencia. Y sin embargo ese es el Cristo que no podemos —no debemos— ignorar.El primer Jesús fue un rabino que hace muchos siglos vagó por las costas del norte de Galilea obrando milagros. Este Jesús todavía parece tan cercano que casi se le podría tocar. Lo imaginamos vestido de manera sencilla pero envuelto por un halo de gloria. Fue amable, sereno, pacífico, cariñoso y sin embargo ocultaba profundos misterios.Sin embargo, ese Jesús ha desaparecido, barrido por la historia. Sigue presente como un fantasma, como una proyección de todas las cualidades ideales que deseamos tener pero de las que desgraciadamente carecemos. ¿Por qué no pudo haber existido una persona por entero cariñosa, compasiva y humilde? Si la llamamos Jesús y la situamos hace miles de años resulta posible. (Para los orientales su nombre podría ser Buda, pero el hombre es igual de mítico y encarna asimismo nuestras carencias.)El primer Jesús no es por entero coherente, tal como demuestra una lectura atenta de los Evangelios. Si realmente era por entero pacífico, ¿por qué proclamó: «No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada»? (Mateo 10, 34). Si realmente era por entero cariñoso, ¿por qué dijo: «Y al siervo inútil arrojado a las tinieblas de afuera; allí será el llorar y el crujir de dientes»? (Mateo 25, 30). (En ocasiones la traducción es aún más severa, y Jesús ordena arrojar al infierno al «esclavo despreciable».) Si Jesús era humilde, ¿por qué decía que gobernaba sobre la tierra por encima de cualquier rey? El Jesús histórico fue, cuanto menos, un hombre de desconcertantes contradicciones.Sin embargo, cuantas más contradicciones descubrimos, menos mítica se nos presenta su figura. El hombre de carne y hueso barrido por la historia debió de ser extraordinariamente humano. Para ser divino primero hay que ser rico en todas las cualidades humanas. Como dijo un famoso maestro espiritual indio: «El grado de iluminación se mide por lo cómodo que uno se sienta con sus contradicciones».Sin embargo, millones de personas adoran a otro Jesús, uno que jamás existió, que ni siquiera se siente deudor de la destilada esencia del primer Jesús.Es el Jesús que han construido los teólogos y los eruditos a lo largo de miles de años. Es el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, el origen de unos sacramentos y más oraciones desconocidos por Jesús cuando habitó la tierra. Es también el Príncipe de la Paz en cuyo nombre se han desencadenado sangrientas guerras. No se puede aceptar a este segundo Jesús sin haber aceptado antes la teología. La teología fluctúa con la marea de los asuntos de la humanidad. Pero, para comenzar, la metafísica resulta tan compleja que contradice la simplicidad de las palabras de Jesús. ¿Habría debatido con religiosos eruditos sobre el significado de la Eucaristía? ¿Habría apoyado una doctrina que proclama que los niños están condenados hasta que se los bautiza?El segundo Jesús nos adentra en el laberinto teológico sin una salida clara. Se convirtió en la base de una religión que ha dado lugar a unas veinte mil sectas, las cuales se dedican a discutir hasta la saciedad sobre cada hilo de las vestimentas de un fantasma. Pero ¿existe alguna autoridad, por elevada que sea, que pueda informarnos sobre lo que Jesús habría pensado? ¿Acaso no resulta contradictorio sostener que Jesús fue una creación única —la única encarnación de Dios— y al mismo tiempo declararse capaz de leerle la mente en relación a cuestiones actuales? En su nombre, el cristianismo se pronuncia sobre la homosexualidad, el control de la natalidad y el aborto.Estas dos versiones de Jesús —tanto la esquemática figura histórica como la abstracta creación teológica— tienen para mí un componente trágico, pues las culpo de haber robado algo precioso: el Jesús que enseñó a sus seguidores a alcanzar la conciencia de Dios. Me gustaría ofrecer la posibilidad de que Jesús fuese, tal como proclamó, un verdadero salvador. No el auténtico salvador, no el único hijo de Dios. Más bien, Jesús personificó el nivel más elevado de la iluminación. Dedicó su breve vida adulta a describirlo, enseñarlo y transmitirlo a futuras generaciones.Jesús intentó salvar al mundo mostrando a los demás el camino hacia la conciencia de Dios.Tal interpretación del Nuevo Testamento no invalida al primer y al segundo Jesús. Sino que sirve para aclarar su figura. En lugar de historia perdida y teología compleja, el tercer Jesús ofrece una relación directa, personal y presente. Nuestro cometido consiste en ahondar en las Escrituras y demostrar que en ellas se halla un mapa que lleva a la iluminación. Me parece algo innegable; de hecho, se trata del mensaje de vida de los Evangelios. No nos referimos aquí a la fe tal como la define convencionalmente la religión. La fe convencional es lo mismo que creer, incluso cuando uno cree en lo imposible (Jesús caminando sobre las aguas), pero existe otra fe que nos permite alcanzar lo desconocido y lograr la transformación.Jesús habló de la necesidad de creer en él como camino hacia la salvación, pero esas palabras fueron puestas en su boca por seguidores que escribieron décadas después. El Nuevo Testamento es una interpretación de Jesús por parte de gente que se sintió renacida pero también abandonada. Según el cristianismo ortodoxo no serán abandonados para siempre, pues Jesús regresará en la Segunda Venida para reclamar a sus fieles. Pero la Segunda Venida ha tenido veinte siglos para producirse, los devotos esperan que tenga lugar cualquier día de estos y todavía está por llegar. El concepto de la Segunda Venida ha ejercido un efecto bastante destructivo en las intenciones de Jesús, ya que pospone lo que debería ocurrir en la actualidad. La Tercera Venida, alcanzar la conciencia de Dios mediante el esfuerzo personal, ocurre en el presente. Utilizo ese término como metáfora de un cambio en el estado de conciencia.Cuando Jesús regreseImagina por un momento que eres uno de los judíos pobres, pescadores, campesinos o jornaleros, que ha oído hablar de un rabino errante que promete el Cielo, no a los ricos y poderosos, sino a tus iguales, a la gente más humilde de la sociedad. Un día —supongamos que era un día seco y caluroso, y en el desierto hacía un sol abrasador— subes la colina situada al norte del lago interior conocido como mar de Galilea.En la cima de la colina, Jesús, sentado junto a sus más fieles seguidores, espera a que se haya congregado suficiente gente para empezar a predicar. A la sombra de los retorcidos olivos que salpican el paisaje bañado por el sol, tú también esperas. Jesús —conocido en hebreo como Jesse, un nombre bastante común— pronuncia un sermón que te impresiona; de hecho, te llega al alma. Promete que Dios te ama; es una afirmación directa, no te pide que cumplas las obligaciones de tu secta ni que respetes las antiguas y complejas leyes de los profetas. Es más, dice que Dios te quiere más a ti. En el mundo que vendrá, ustedes y los suyos recibirán las mayores recompensas, todo lo que les ha sido negado en este mundo.El idealismo de esas palabras roza la locura. Si Dios les ama tanto ¿por qué les atormenta con crueles conquistadores romanos? ¿Por qué permitió que les esclavizaran y les obligaran a trabajar duramente hasta el día de vuestra muerte? Los sacerdotes de Jerusalén lo han explicado infinidad de veces: en tanto que hijo de Adán, tus pecados te han conducido a una existencia desdichada, cargada de miserias y esfuerzos sin fin. Pero Jesús no menciona el pecado. Expande el amor de Dios hasta lo increíble. ¿Seguro que lo has entendido bien?Tú eres la luz del mundo. Deja que tu luz brille ante todos los hombres.Te compara con una ciudad situada en lo alto de una colina y cuyas brillantes luces impiden que permanezca oculta. Jamás te habían dicho algo ni remotamente parecido; ni siquiera tú te habías visto de esa manera.

Author

Deepak Chopra es autor de más de cincuenta libros de ficción y no ficción que se han convertido en textos clásicos sobre la salud y la espiritualidad además de enéxitos de ventas y han sido traducidos a más de treinta y cinco idiomas. Su programa Wellness Radio (RadioBienestar) se emite semanalmente en Sirius Satellite Radio, canal 102, centrado en temas de éxito, amor, sexualidad y relaciones, bienestar y espiritualidad. Es el fundador de la Alianza por una Nueva Humanidad. La revista Time le acredita como uno de los cien héroes e iconos del siglo xx, y le considera como el “poetaprofeta de la medicina alternativa”.www.deepakchopra.com

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