¿Qué haces cuando tu amiga cumple sesenta años el mismo día que tu novio cumple treinta? ¿A qué fiesta vas?
¿Es mejor morir de Botox o morir de soledad porque estás tan arrugada?
¿Es malo mentir cuando preguntan tu edad cuando haces citas en línea?
¿Es moralmente inapropiado ir a la peluquería cuando tu hijo tiene piojos?
¿Será el Dalai Lama el que escribe sus tuits? ¿O su asistente?
¿Es normal tener menos seguidores cuanto más tuiteas?
¿La tecnología es el nuevo quinto elemento? ¿O lo es la madera?
¿Es normal ser tan vanidosa como para no ponerte lentes cuando le estas revisando la cabeza a tu novio para ver si tiene piojos?
Si te echas voluminizador de labios en las manos, ¿le dará volumen a tus manos?
Acostándote con alguien después de dos citas es el equivalente moderno a casarte después de dos citas y seis meses de escribir cartas en los tiempos de Jane Austen?
Al reflexionar sobre estos y otros dilemas modernos, Bridget Jones tropieza con los retos que traen las perdidas inesperadas, ser madre soltera, tuitear, la tecnología, y redescubrir la sexualidad en —¡Advertencia! ¡Frase en desuso a continuación!— la mediana edad.
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Cuando Helen Fielding escribió El diario de Bridget Jones, narrando la vida de una mujer que rebasaba los treinta años en los años 90, introdujo a los lectores a uno de los personajes más queridos de la literatura moderna. El libro fue publicado en cuarenta países, vendió más de quince millones de copias, y abrió el camino para su secuela, Bridget Jones: Al borde de la razón. Los dos libros fueron hechos películas protagonizadas por Renée Zellweger, Hugh Grant, y Colin Firth.
Con la tercera, Bridget Jones: Loca por él, Fielding nos introduce a una etapa completamente nueva y emocionante en la vida de Bridget. Con Londres de fondo, vemos como Bridget se enfrenta a la vida moderna: sms borrachos, skinny jeans, el desastre del correo con copia, zero seguidores en Twitter, y una tele que necesita tres remotos para encenderla.
Un regreso triunfal tras catorce años de silencio, Bridget Jones: loca por él, es oportuna, tierna, conmovedora, ingeniosa, y divertidísima.
